Practicar el yoga desde la comodidad del hogar es una buena idea, pero no es para todos. Hay personas que requieren del compromiso que impone un centro de yoga con la formalidad de las sesiones y la obligación de los horarios.
Por otra parte, la libertad que puedes tener cuando haces tus ejercicios de yoga en casa es una gran ayuda para que tú mism@ ajustes tus tiempos y los acomodes a tus actividades cotidianas.
Para asegurar que la práctica del yoga se convierta en una parte importante de tu vida y no en algo que iniciarás y dejarás en unas cuantas semanas, aquí te doy varios consejos que te pueden ayudar:
1. Escoge un buen lugar
Necesitarás un ‘rincón’ de quietud, donde, de ser posible, el ruido no te distraiga. De preferencia, debería ser un espacio abierto para colocar el tapete donde harás tus ejercicios.
Debes acostumbrarte a los pisos duros, no mullidos (no te recomiendo practicar sobre la cama, por ejemplo). Si hay alfombras en todos los pisos de tu casa, trata de escoger la superficie más dura ya que la suavidad del piso puede conducirte a lesiones.
2. Usa una guía
Cualquier medio para aprender ejercicios y posturas es bueno, pero siempre será muy útil tener a la vista un vídeo o unas tarjetas impresas con ilustraciones de las posturas y el plan para hacerlas durante un espacio de tiempo planeado. Un curso completo puede ser una gran idea para comenzar a hacer yoga desde el hogar.
3. Prepara el espacio que has reservado para tu práctica
Coloca el tapete, arregla la decoración evitando distractores, y no olvides algunos pequeños trucos como encender algunas velas, poner una música suave o aromatizar el ambiente. Estas ayudas son, en muchos casos, los secretos del éxito ya que «le hablan» a tu subconsciente que, luego, te estará pidiendo la siguiente sesión de yoga.
4. Una toalla y agua
Hay un par de accesorios indispensables que no quieres dejar fuera: una toalla para limpiar el sudor que produzca el ejercicio y, en algunos casos, ayudarte a soportar la dureza del tapete colocándola en ciertos puntos; y una botella con agua, para mantener en todo momento la hidratación de tu cuerpo en sus niveles correctos.
5. El tiempo de practicar el yoga es muy importante
Escoge un horario cuando no esté nadie más en casa o, por lo menos, cuando tengas la seguridad de que nadie te molestará. Apaga, de ser posible, el móvil y enciende la contestadora del teléfono de línea.
El horario es, sin dudas, una de las razones principales por las que las personas deciden hacer yoga desde el hogar. Pero también es uno de las principales motivos por los que la gente claudica en su programa de yoga… simplemente porque no han puesto los medios para que no les distraigan y en verdad interrumpir la rutina diaria en casa.
6. Formalidad y rigor
La formalidad y el rigor de hacer las cosas bien debe ser enfatizada cuando se hace yoga en casa, ya que no hay un instructor o compañeros que ayuden y proporcionen el «efecto espejo» que siempre nos hace mejorar. (En algunos casos… puede ser un obstáculo, claro). Así que, entre muchas reglas, es importante que mantengas en mente siempre estas dos:
Primero, estirar y calentar los músculos durante la primera parte de tus rutinas. Enfatizar la flexibilidad antes que la fuerza es clave para evitar lesiones.
Segundo, hacer tus ejercicios y posturas teniendo en cuenta el equilibrio: Si estiras o fortaleces un grupo de músculos, habrás de estirar y/o fortalecer el grupo muscular antagonista. Y, por supuesto, las posturas podrían estirar tu lado derecho del cuerpo mientras fortaleces el izquierdo… así que hay que hacer en seguida la postura simétrica y contraria.
7. Compromiso
Formaliza tu compromiso para practicar el yoga en casa, haciéndolo una parte integral de tu rutina diaria. Si, por ejemplo, puedes programar un par de sesiones largas en la semana, digamos de una hora cada una, compleméntalas con pequeñas sesiones diarias de 15 minutos.
Por último, 2 consejos para evitar problemas con el yoga en casa:
8. No intentes ejercicios y posturas que queden fuera de tus capacidades actuales de equilibrio, fuerza o flexibilidad. Anda con cautela, dominando cada postura y poniendo énfasis en la precisión. Es mucho mejor hacer las posturas más sencillas practicándolas hasta llegar a dominarlas. Siempre hay miles de pequeños ajustes en tu cuerpo que te harán mejorar continuamente y que te acercarán a la perfección.
9. Considera tomar un curso formal antes de empezar por tu cuenta. Particularmente los principios de respiración y otras técnicas fundamentales son muy importantes para no desarrollar hábitos equivocados en tus ejercicios por falta de información adecuada.
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